domingo, 18 de abril de 2010

Encuentros Rúnicos 2010

Como algunos de vosotros ya sabréis, la pasada semana santa nos la pasamos en Rentería disfrutando de los Encuentro Rúnicos, unas jornadas frikis con juegos de tablero, partidas de rol (tanto vivos como en mesa), arcades clásicos y lo que surgiera.

Pues bien, como más vale tarde que nunca, aquí tenéis nuestras impresiones del evento, junto con un montoncito de foticos.

Cada edición de estas jornadas tiene un tema o ambientación central y, en este caso, nos encontramos en medio del páramo postapocalíptico: zombies, mutantes, guerreros del asfalto, esclarecedores del ordenador, máquinas rebeldes asesinas... esas cosas, vaya.

En unas jornadas como estas es imposible acudir a todos los eventos, así que sólo os podemos hablar de los que vimos nosotros.

El primero al que acudimos, aunque en calidad de espectadores (hay quien diría de animadores, puesto que un amigo nuestro estaba en la partida) fue al Apocalipsis Hold'em Póker, organizado por Raziel.


El premio de este evento, una especie de póker con gran cantidad de reglas de la casa, era un rifle desmontable de Nerf customizado, que podéis apreciar en la parte inferior de la imagen. Al final, la victoria fue para este tipo tan curioso (que tiene una cara de jugador de póker tejano que no se la aguanta).


Tras disfrutar de la final de este torneo nos apetecía jugar a algo de mesa, y fíjate tú que entre la enorme cantidad y variedad de juegos que la organización pone a disposición de los jugadores nos encontramos con el clasicazo Cruzada estelar y no pudimos resistirnos.



Uno de los eventos que más nos gustó fue el vivo de Doctor Who, organizado por Tardisrol, Cómo logré amar el átomo.

En dicho rev. nos encontramos con nazis, aliens y científicos algo excéntricos. Sin entrar en detalles, para no reventar futuras reediciones de este divertido vivo, he de decir que acabé bastante machacado de correr escaleras arriba y abajo tratando de solucionar siete crisis a la vez. Lo cierto es que tanto a Aaricia como a mí nos gustó más el del año pasado, El laboratorio de Lord Torchwood, aunque eso no significa que este fuera malo, sólo menos bueno. ¡Buen trabajo, Tardisrol!


Con el tiempo justo para cenar y cambiarnos, nos fuimos directos al vivo organizado por Raziel y Landarion: Huida de Pegasus (nada que ver con Galactica). En este evento nos encontramos con una nave de prisioneros que sufre el inesperado ataque de un alien en pleno viaje inaugural.

Dejando de lado la polémica acerca de si el vivo salió bien o no, hay que destacar la puesta en escena (la entrada en el blog de Raziel advertía a los jugadores de que llevaran ropa que se pudiera manchar) que incluía apagones de luz, máquina de humo, efectos de sonido, litros y litros de zumo de tomate y un excelente alien que nos acojonó a todos con sus rugidos gracias al ingenioso uso de un mp3 y sus altavoces por parte de los másters.


Cambiando de tercio, hablemos de de una partida de rol de mesa muy especial que jugamos. Juan Miguel, uno de los que por aquí llamamos Venerables (un grupo de veteranos habituales de los Rúnicos), nos dirigió una partida de un juego que ha creado y que esperemos llegue a publicar algún día, ya que fue una de las partidas más divertidas que he jugado en mi vida. El juego se llama Secuaces, y en él los jugadores encarnan el papel de los susodichos ayudantes de un gran villano, por ejemplo unos sectarios de Cthulhu, unos matones de la mafia o, como fue nuestro caso, unos esbirros de un científico loco.


Un sistema sencillito que fomenta hasta la obsesión el trabajo en equipo, y una ambientación que invita a llevar a cabo los planes más absurdos que se te ocurran (y más si tu jefe tiene la desventaja excéntrico, que obliga a retorcer los planes de manera innecesaria) dieron lugar a un plan de atraco en el que confluyeron un butrón, cebras, un autobús escolar y un león. Todo esto aderezado con uniformes antiradiación y un excelente Doctor Big Bang, señor supremo de la Universidad del Mal (¡Vince in malo bonum!).


Para terminar debemos mencionar el clásico monólogo de Javier Caballo, una tradición más en estos Rúnicos, que empieza a resultar repetitiva. El mismo tema y los mismos chistes (demasiado privados) se hacen cansinos de un año para el siguiente. Si bien es cierto que por lo menos se curra algo, no vendría mal que para el año que viene revise su discurso para que recupere frescura.

Eso es todo, en formato resumido. A continuación unas cuantas fotos para que veais un poco más como son estos Encuentros Rúnicos, si es que no habéis ido, y para que os sirvan de recuerdo, si participasteis en ellos.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por el comentario, amigo. El mayor elogio que puedo tener es saber que la gente se ha divertido jugando conmigo y a mi juego, ahora sólo queda expandir la palabra.
    Un saludo a todos, y gracias por las fotos, que como siempre, yo nunca hago. Es lo malo de ser un científico loco, siempre te olvidas de lo más elemental en el laboratorio.

    Doctor Big Bang.

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